26 marzo 2006

¡Chusín, la porra la pongo yo!


Lisboa, el estadio Da Luz, los fados... Un ambiente melancólico que invita a la saudade, y al recuerdo de viejos amigos y conocidos.

Y en el envite de Lisboa, las alas de las Águias Vermelhas
nos harán retroceder a otros tiempos, a otras épocas: nos reencontraremos con Simao, aquel extremo con apellido sabrosón, y a Geovanni Deiberson.

Oh, Geovanni, aquel extremo que en su momento fue presentado como un jugador que regateaba mejor que Figo y lanzaba las faltas mejor que Rivaldo...

Sólo Charly Rexach podía tener el olfato suficiente (o por lo menos la napia) para encontrar a su heredero por la banda de l'Estadi (en el caso de Charly, la banda donde había sombra, por supuesto).

Él y su compañero de promoción, Fabio Rochemback, formaron una dupla de oro que marcó una época en el Barça... No para bien, pero la marcó, ¡vaya si la marcó!

En la confianza que los antedichos muestren su agradecimiento y que no nos hagan una Karagounis nueva que nos deje con las Mantorras al aire, se abre la porra continental. El duelo Jaou-Fórceps adquiere dimensiones peninsulares.

Europa les espera.